Finalmente, Donald Trump se decidió a atacar Siria. Estados Unidos, Francia y Reino Unido lanzaron este viernes una acción militar conjunta en respuesta al supuesto uso de armas químico en Douma por el gobierno de Bashar al Asad.
La ofensiva, limitada a una noche, fue anunciada por el presidente Donald Trump en un mensaje televisado, en el que aseguró que se trata de "ataques de precisión contra objetivos relacionados con las capacidades de armas químicas del dictador sirio Bashar al Asad".
Rusia, que había advertido de una guerra con Estados Unidos si esto sucedía, respondió a través de su embajador Washington que "tales acciones no se quedarán sin consecuencias". "Toda la responsabilidad recae en Washington, Londres y París".
Y el gobierno de Al Asad, que niega haber usado armas químicas, denunció "una flagrante violación del derecho internacional".
Los gobiernos de Francia y Reino Unido confirmaron que también secundan la acción de Estados Unidos en Siria.
En Damasco, se reportaron explosiones y humo en las proximidades, principalmente en el distrito de Barzeh, mientras la televisión estatal siria aseguró que fuerzas del gobierno confrontaron el ataque con defensas antiaéreas.
El presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Joseph Dunford, señaló cuáles fueron los tres objetivos principales:
- Una instalación de investigación científica en Damasco, supuestamente conectada a la producción de armas químicas y biológicas
- Una instalación de almacenamiento de armas químicas al oeste de la ciudad de Homs
- Un almacén de supuestos equipos de armas químicas y un importante puesto de mando, también cerca de Homs
Dunford, que confirmó que en los ataques se usaron misiles Tomahawk, agregó que no se notificó a Rusia con antelación sobre los ataque, aunque indicó que se tomaron medidas para no bombardear objetivos de Moscú en Siria.
Los motivos
La orden dada por Trump responde al supuesto ataque con armas químicas del sábado pasado en la zona de Douma, a las afueras de Damasco, del que acusan al gobierno de Bashar al Asad y que Rusia considera un montaje.
Cuando Trump había anunciado su intención de atacar Siria esta semana, Rusia respondió que derribaría cualquier misil y atacaría las plataformas desde los que fueran lanzados.
El secretario de Defensa de EE.UU., Jim Mattis, no obstante, indicó que no había información de bajas militares o aviones derribados de su país, Francia o Reino Unido, aunque reiteró que se trataba de datos preliminares.
De acuerdo con el jefe del Pentágono, tras los ataques contra objetivos precisos no estaban previstas nuevas operaciones en Siria.
Horas antes del ataque, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, aseguró que su país tenía "pruebas irrefutables" de que el presunto uso de armas químicas de Al Asad era un montaje de agentes extranjeros.
Un día antes, el embajador ruso ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, advirtió que no se podía descartar la posibilidad de un conflicto armado entre su país y Estados Unidos, si Washington decidía lanzar un ataque contra Siria, como el de este viernes.
El presidente Emmanuel Macron, que el jueves había asegurado que tenía pruebas del ataque químico de Al Asad, sostuvo que el objetivo de las acciones era destruir "arsenales clandestinos de armas químicas" del gobierno sirio.
Mientras, la primera ministra británica, Theresa May, indicó que la decisión "no tenía otras alternativas" y que los ataques fueron limitados y diseñados para no intensificar las tensiones en la región.
Mattis había alertado previamente ante el Congreso que una potencial acción contra Damasco podría desencadenar "una escalada fuera de control" por lo que dijo que una de sus mayores preocupaciones es evitar que esto ocurra.
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Un equipo de expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas llegó desde el jueves a Siria para investigar lo sucedido y estaba previsto que comenzarían sus operaciones sobre el terreno el próximo sábado, según informó en un comunicado la agencia con sede en Holanda.
Las armas químicas están prohibidas por las leyes internacionales y en varias ocasiones el gobierno sirio ha sido acusado de utilizarlas en las ciudades tomadas por los rebeldes durante el conflicto interno que lleva más de siete años.
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